La licenciatura, el séptimo hijo

Entrevista a María José González Pérez -Majo-, casada y madre
de seis hijos, que el 17 de septiembre último terminó
la carrera de Filología Hispánica.

 

María José, conocida por el apocorístico Majo, de 35 años de edad, contrajo matrimonio con Jose Fernández Hermida en la iglesia de Santa María de la Guía el 17 de agosto de 1996. Jose y Majo formaron una familia numerosa, pues tienen seis hermosos retoños: Marta, la mayor, de 12 años, Miguel 11, Xabier 9, Xosé 6, María 4 y Lois 2 años. Estas familias son la garantía de un futuro ilusionante, aunque la propaganda posmoderna y antinatalista las tachen de “tradicionales”.

Pregunta.- Majo, cuando te casaste ¿qué curso estudiabas?
Respuesta.-
Estaba cursando tercero de una carrera de cinco años. Cuando me casé no tenía intención de abandonar los estudios, pero lo que teníamos muy claro, mi marido y yo, es que nos casábamos para formar una familia.

Pregunta.- Haz un análisis retrospectivo. Baja ahora de la nube del éxito conseguido y, echando una mirada atrás, háblanos de obstáculos, fatigas y desánimos. ¿Nunca te abandonó la luz de la estrella que conducía a la meta?
Respuesta.-
Sí, hubo momentos de desbordamiento de tareas. Mis hijos llegaron inmediatamente. Con mi primera hija fui compatibilizando bien los diversos quehaceres, con el segundo supuso un poco más de esfuerzo, pero lo fui superando. Cuando llegó el tercero, ya las cosas se ralentizaron. El cuarto nació coincidiendo con un examen, que tuvieron que aplazármelo. Decidí, entonces, tomarme un respiro en la carrera. La dejé durante cuatro años, y en ese tiempo nacieron mis dos últimos hijos. En ese momento reanudé los estudios, aunque la decisión la había tomado dos años antes, tras el fallecimiento de mi padre. Cuando él murió, yo sentí que tenía una deuda pendiente, porque él se había sacrificado mucho para que pudiese estudiar una carrera, y tenía mucha ilusión en que la terminara. Sé que desde el cielo me ha dado este último impulso.
 Al volver a la Filología, la alegría es general. Primero de mi marido, que siempre tuvo fe en que yo alcanzaría la meta propuesta. Mi madre, mis hermanas, mi suegra y toda mi familia, y amigos, me felicitaron por la decisión, lo que me dio más fuerza para seguir.
 El regreso fue duro. La tecnología había avanzado demasiado, tuve que hacer un esfuerzo extra para ponerme al día con la informática, pero con ayuda de mis compañeros fui superando las trabas.Lo más difícil, en estos dos últimos años, fue compaginar los horarios de clase en la universidad con el cuidado de mis hijos, pero he contado con el apoyo  de la familia y de muchas mamás de otros niños que me echaban una mano, también por parte del Colegio de mis hijos.          

Pregunta.- Majo, descúbrenos el secreto. ¿Cómo has podido estudiar y criar a tus seis hijos? ¿Has tenido muchacha -“canguro”-, los dejabas en la guardería?
Respuesta.-
No he tenido muchacha, aunque en muchos momentos la hubiese agradecido, pero he tenido y tengo una mamá cocinera, cuidadora, canguro y lo que se tercie. Además, cuando nacieron mis primeros hijos, son los primeros nietos y sobrinos por ambas partes, por lo que las abuelas, mis hermanas y mis cuñadas se volcaron con ellos y conmigo; por lo que siempre he tenido a quien recurrir.
 A lo largo de los años la situación va cambiando, pero siempre hubo alguien dispuesto a echarme una mano. Por otro lado, mis hijos siempre han ido unas horas a la guardería, lo que me ha dado un poco de desahogo.

Pregunta.- Majo, supongo que Jose, tu marido, no sólo te habrá alentado sino que habrá hecho horas extras en casa, para aliviarte.
Respuesta.-
Es increíble. No sólo ha hecho horas extras en el trabajo, en las tareas domésticas, con los niños, sino que hasta me ha ayudado en los trabajos de la universidad, creo que la mitad del título le pertenece.

Pregunta.- Además del apoyo de tu marido, háblanos de tu madre y de tu suegra, ambas viudas, que también habrán hecho numerosas suplencias.
Respuesta.-
  Como ya comenté anteriormente el apoyo de la familia ha sido al cien por cien, han hecho de todo, y siempre se han preocupado de que los niños sufrieran lo menos posible las situaciones complicadas que hemos vivido estos años.

Pregunta.- Majo, cuéntanos tus próximos proyectos como licenciada. ¿Ejercerás de madre “full time” o piensas ejercer como filóloga? Con tantos hijos, ¿ves compatible el trabajo fuera de casa con el buen funciona-miento del ámbito familiar?
Respuesta.-
¡Veamos! La situación actual, económicamente hablando, no es fácil para nadie; si le sumas seis hijos y el depender sólo de un sueldo, cualquiera se lo puede imaginar. Yo en este momento necesitaría trabajar, pensando en la calidad de vida que deseo para mis hijos, pero si te soy sincera, ojalá las cosas mejoren  y pueda seguir dedicándome a lo que más me gusta y me satisface, que es ser mamá. Para mí es la profesión ideal.
 Pero de momento esto no me va a ser posible, por lo que estoy pensando en dar clases; para eso me sigo preparando. Sin embargo, tengo muy claro que el trabajo no puede afectar a la estabilidad de mi familia, no reportaría ninguna compensación. Si trabajo para mejorar la situación económica y le resto estabilidad emocional, ¿dónde está el beneficio?

Pregunta.- Alguien ha dicho, con fina ironía, que la licenciatura fue tu séptimo hijo, cuya gestación duró más de una década. ¿Aspiras al doctorado como si desearas el hijo de la madurez?
Respuesta.-
No, no me lo he planteado. Yo siempre dije que iba a terminar mi carrera por amor propio, pero no necesito ni tener un doctorado ni otros títulos para realizarme como persona.
 Tengo que hacer un master en educación secundaria, para poder dar clase, y mi etapa estudiantil se cierra ahí, de momento.

 Majo, esta entrevista pretende ser la manifestación afectuosa, sentida y emocionante del reconocimiento público a tu esfuerzo perseverante, y también al apoyo recibido de los tuyos, recompensado ahora por un título que te colma de satisfacción y alegría. Nuestra grata y cordial felicitación.

Jose y Majo con sus 6 hijos. San Vicente do Mar (O Grove). Paseo marítimo. Septiembre de 2008.

Deja un comentario