Muy buenas noches señores,
préstennos su atención,
lo que nosotros cantamos
por toda la población.
Aquí nos tienen, señores,
con su permiso a cantar,
si ustedes nos dan licencia,
lo vamos ir a empezar.
¿Quié señora era aquella,
que por la sierra venía?
Era la Virgen doncella,
era la Virgen María.
Un Niño trae en sus brazos,
un Niño que relucía.
Él era Hijo de Dios
bajo de tanta pobreza.
Sin tener en qué envolverlo,
más que en una poquita hierba;
la mula bien se la come
y el buey bien se la lleva.
Maldita sea la mula,
que en el suelo se franquea.
Nunca ella hijos paira,
ni cosa que le descienda.
Echó mano a su cabeza,
tiró un lienzo que traía,
lo partió en tres pedazos,
y envolvió el Niño, María.
Irás al monte Calvario,
y hallarás una escalera,
una cruz y un letrero
que dirá de esta manera:
Aquí murió Jesucristo,
Rey de los cielos y tierra,
murió por los pecadores
sin que los redimiera.
Redímame a mí, Señor,
que soy el más pecador.
Del tronco salió la rama,
y de la rama la flor;
de la flor salió la Virgen,
de la Virgen el Redentor.
Adiós víspera de Reyes,
buen principio de buen año,
entre damas y doncellas,
los Reyes te hemos cantado.